miércoles, 29 de marzo de 2017

Centro Cultural Kirchner: hacer de cuenta que pasa algo


Un día cualquiera, en el CCK en 2015, era así:



Resulta que ayer encontré en Twitter una foto que mostraba que colgaba de una pared una enorme foto de Hernán Lombardi, el famoso "ministro de televisión", en el Centro Cultural Kirchner.
Semejante barbaridad, me parecía un abuso, puesto que Lombardi es el gladiador de la despersonalización de todas las cosas que se llamen Kirchner (como el centro cultural),

Entonces me decidí a ir, como un ciudadano más.
Experiencias así había vivido ya cuando elegí ir a Tecnópolis para comprobar con mis manos lo que habían hecho. Cuando "hice" Tecnópolis, escribí esta cosa:
http://hombremuerdeperro.blogspot.com.ar/2016/07/tecnopolis-2016-punto-de-encuentro.html


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Ya desde afuera percibía un aire de vacío y opresión: no es que me toque estar loco, no.
Cualquiera puede comprobar que en el ingreso del CCK, ahora hay unas vallas que rodean y guían hasta la puerta, dispuestas arbitrariamente sobre la vereda.
Hoy era un día en el que el CCK está abierto al público: un día que podía estar poblado de turistas, niños y niñas de escuelas, contingentes de jubilados o hermanos y hermanas de otras provincias que no sean Buenos Aires, recorriendo el lugar. Como era cuando ese lugar era kirchnerista.

Subí la corta escalera en la que un guardia con pechera flúo hacía una guardia absolutamente en vano.
Entré y me llamó la atención que no había nadie.
Apenas un puñado de empleados en silencio, y el silencio era el sonido general del lugar.

Como vemos en la foto, no estoy exagerando cuando digo nadie.


Entro, miro a la Esfera Azul que puede verse un poquito en la foto anterior.
Es preciosa.
Tiene un cartel al que no fotografié. En él dice que la esfera finalmente fue donada por el autor (Julio Le Parc) en mayo de 2016. Lo que no dice, es que fue prestada DE PALABRA a la administración anterior. 
Sigo.
Me acerco a las escaleras mecánicas: todas funcionando pero cerradas por uno de esos divisores de filas de los bancos, los elásticos. Le pregunto a dos personas de seguridad si puedo usar las escaleras mecánicas porque no uso ascensores. Me dicen que sí, que corra eso y suba. Ok.

Subo al primer piso, me asomo: todo vacío.
Subo al segundo, todo vacío.
Al tercero.
Al cuarto.
Al quinto.
Al sexto.

Al séptimo.
Empiezo a recorrer y no veo cartelería que me indique qué mirar: el CCK hoy es un lugar estéril como un hospital. Los carteles indicadores de qué exposición hay en algún lugar son o pequeños o están mal ubicados, o no resaltan. No hay prácticamente carteles intermedios que indiquen qué pasa en cada piso y para ver cada muestra, hay que entrar a las enormes habitaciones.
Por ejemplo, esta obra ocupa una sala de por lo menos 30 metros.
Adentro, un empleado sentado en una silla no hace nada.


Más aquí de la pésima foto, en una pared leemos que se recrea con estas luces, las luces de Tucumán (?).
Quizás sea que soy un idiota del arte.
O quizás eso sea un afano.

Sigo y entro en otra gran sala: aquí sí había gente. Tres personas observando estas piezas:




Quien sepa de arte seguramente apreciará, explicará y sentirá un montón de cosas con ese puf enorme que parece un castillo inflable pero desinflado, esas carretas que jamás conocieron al trabajo y ese abrazo de la industria textil.

Salgo de ahí, decido no ir a ver la muestra de los gauchos.

Me encuentro con este cartelerío simil Oficina de Turismo de cualquier provincia que por supuesto nadie miraba.


Más adelante, dos turistas le preguntan a una de las trabajadoras del CCK si podían entrar a la mítica Ballena Azul, esa obra maravillosa.
La respuesta simple y clara: "No, ahí sólo se entra cuando hay espectáculo y sólo con entrada". Los turistas asintieron y se fueron.
Recuerdo que a la Ballena Azul antes se podía entrar al menos para verla por dentro.
Hoy no.

Mando un mensaje a alguien afuera porque quería saber dónde estaba la exposición en la que estaba Lombardi. Me indican que en el quinto piso.
Bajo.


Me cruzo con esa obra de las bicicletas.
En visitas guiadas se supone que uno puede subirse y hacer de cuenta que pasa algo.
Hoy no, tenía un cartel que decía que sólo era para observar.
De todos modos, como en todo el CCK, todo parecía estar hecho para hacer de cuenta que pasa algo.

¿Querés ver más vacío?
Mirá.



Y así en cada piso.

Más:



Todos estos lugares que te muestro en fotos son distintos pisos, alguna del mismo piso mirando a la izquierda o a la derecha.
Todo vacío.
Todo limpio.
Todo sin nada.
Todos lugares abiertos al público pero claro, nadie quiere ir a un lugar en el que no pasa nada.

Y entonces llegué adonde tenía que llegar.
La muestra se llama #PazSinTerror y es conmemorativa de los 25 años del doloroso atentado a la Embajada de Israel en nuestro país.
Es una muestra fotográfica intensa en la que los participantes hacen el signo de la paz que a su vez recrea a un número dos, y con la otra palma abierta recrean por un lado al número 5 formando el "25" del aniversario y a su vez representa un "freno" al terrorismo.
La acción publicitaria está a cargo de la agencia de publicidad BasevichCrea.

Voy a mostrar la muestra de atrás hacia adelante por motivos meramente narrativos.
Este es el cartel que está en el fondo de la muestra:


Aquí sobrevivientes, personalidades y artistas:





¿Pero quién está en el ingreso a la muestra, con una relevancia absoluta y que se ve desde afuera?
Sí señor, como anticipamos, el mismísimo ministro de televisión, Hernán Lombardi, junto al Embajador de Israel:


Más cerca, podemos ver claramente la foto.


Lombardi, que en verdad no es ministro de televisión sino el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos.
¿Cuál es el criterio para hacer esta oda a sí mismo?
Como podemos ver, no se encuentra en ningún otro lugar al menos en redes, una foto de Hernán Lombardi referida a la muestra:



Michetti, Marcos Peña, Mario Negri, Hermes Binner, Fernández Meijide y María Eugenia Vidal.
Lombardi no está.
El afiche "oficial" de la muestra, tenía en absoluta relevancia y en una foto sacada en otro lugar, a la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, pero tuvieron el decoro de no ponerla en la muestra.


¿Qué significa Hernán Lombardi en el frente de la muestra?
¿Cuál es el criterio para ponerle (o ponerse) en primer lugar?
Se conoce la minuciosidad de Lombardi para las cosas que hace: así como él decidió que en Tecnópolis se hable de 9.000 desaparecidos, difícilmente no haya aprobado y quizás estimulado que su presencia en la muestra no sólo se de, sino que esté en primerísimo primer lugar.
Lombardi, el mismo que quiere cambiar el nombre elegido por el Congreso de la Nación para el Centro Cultural Kirchner por Cerati, Borges o cualquier cosa que no sea kirchnerista.

Lombardi, el mismo que dice que "Somos un gobierno esclavo de la ley".
El mismo que dice que hay que "salir del populismo" y "mejorar las ideas republicanas", como un Kim Jon-Un vernáculo se ubica a sí mismo en una pose solemne, como si no hubiera sido él el mismo que le dio la mano a De La Rúa para ayudarlo a subir al helicóptero mientras en la plaza mataban gente a mansalva, y como si no hubiera sido funcionario de ese gobierno asesino que como sabemos, no mejoró absolutamente ninguna idea salvo la del saqueo a manos foráneas.

Bullrich, Lombardi y De La Rúa.


Así están las cosas en el CCK.
Vacías, pretenciosamente malas, para que sea gasto, para que no funcione, para que salga mal.
Así, haciendo de cuenta que pasa algo en un lugar donde por decisión política, no pasa absolutamente nada más que el culto a un oscuro, poco querido y artísticamente berreta marchand de las arcas públicas.

Antes de salir del CCK, me llamó la atención una obra que abarca toda una pared.
La foto de un helicóptero.


miércoles, 15 de marzo de 2017

Al Ritmo de las Cucarachas






Nos dicen cucarachas,
más bien KUKARACHAS,
¡nos gritan en mayúscula!



Nos piden que entreguemos a los nuestros, y nos piden que entreguemos la memoria y la memoria es enorme: en la memoria tenemos a los y las 30.000 pero también como la memoria es amplia, tenemos el recuerdo de una vacación en Mar de Ajó y un par de zapatillas que le compramos al nene.
Nos piden que borremos de un plumazo o que al menos, aceptemos lo que somos: las kukas, los negros, las villeras, los vagos, las trolas, las que por dinero, hasta fornicarían y traerían a una persona más al mundo: sólo por poder beber más.
Sus dedos de uñas pintadas, hermosas, perfectas trataradas en el doctor, nos señalan a nosotros y señalan nuestros celulares, señalan nuestro calzado, señalan nuestra manera de vivir.
Ellos pidieron QUE LA YEGUA DE TOLOSA SE MUERA Y QUE NÉSTOR SE LA LLEVE PORQUE SE LA OLVIDÓ DESPUÉS DE QUE A ÉL LO MATÓ SU HIJO y nosotros "Macri Gato" y nos reímos y cuando marchamos bailamos y cuando hacemos ruido nos hacemos chistes y no nos tomamos muy en serio al enemigo porque sabemos que es un inquilino chiquitito, una suerte de Pettinato de la política, y que mañana va a ser motivo de vergüenza de abrumadoras mayorías como lo es inversamente, motivo de orgullo lo que vivimos aquellos 12 años de fábula.
Bueno: también le decimos chorro, corrupto, delincuente, bobo, nazi, facho y "hambre".

Somos los negros, somos los grasas ¡Pero conchetos también! y esa no la pueden entender, no la cazan, los MarquitosPeñazzzzz de la vida, tan barbita y cara de hacerse el boludo, tan vidrio polarizado y subido electrónico mientras traga saliva y piensa "Me estoy haciendo el boludo pero bueh" como quien le dice "no no, gracias" a un vendedor que ofrece medias cuando uno se toma un café en algún lugar. Esos suavezones, tan ricos, con conciencias de almidón (¡Sintético!).

Y dale que te dale con que digamos si somos o no kirchneristas, con que digamos o no si somos "la rata kirchnerista" pero querido... querida... ¿Por qué será que a todos los que luchan por el bienestar general los llamás kirchneristas?
Me acuerdo de los dosmildieces (?) que si celebrábamos el 25 de Mayo con una escarapela nos preguntaban (interpelaban) si eramos kirchneristas.
¿Por cuá?
Porque terminaste asociando a la cosa patria con nosotros y nosotras.

Si canta el himno es K.
Si defiende trabajadores es K.
Si no se arrodilla con facilidad ante el patrón es K.
Si milita es K.
Si está en un barrio es K.
Si canta el himno es K. (Lo puse dos veces, andá a saber).
Si le interesa la política es K.
Si se queja porque todo es caro es K.
Si hace paro es K.
Si hace una movilización es K.
Si tiene un merendero es K.
Si tiene un comedor es K.

Si te dice que sos un boludo si no le prestás atención a la política es K.

Si tiene barba es K.
Si es gordo es K.
Si es negro es K.
Si es argentino es K.
Si prefiere cosas argentinas es K.
Si defiende los Derechos Humanos es K.
Si defiende a las Malvinas es K.
Si toma Manaos es K.
Si es millonario es K.
Si es pobre es K.
Si es cheto es K.
Si usa Iphone es K.
Si tiene Nike es K.

Y así pero siempre que sea que el himno no se cante en la escuela, que los trabajadores que defienda no sean ellos mismos, si el patrón no es el de quien señala, si hace todo lo que no querés, entonces pasa a ser K.
KUKA.
KAKA.
KEKO.
KIKI.

Si te cae mal es K.

Si queremos que haya cuotas somos K.
Si queremos que Tecnópolis sea lindo somos K.
Si queremos Qunitas somos K.
Si queremos Fútbol en la tele gratis somos K.
Si queremos que se investigue toda la obra pública somos K.
Si queremos que los jueces dejen de ser esos viejos chantas oscuros más que ricos, deliciosos, somos K.
Si queremos compartir un cacho de pan somos K.
Si queremos que al vecino le vaya bien somos K.
Si no odiamos al chino del superchino somos K.
Si no odiamos peruanos, venezolanos, colombianos, paraguayos, uruguayos, bolivianos, somos K.
Si queremos mejores sueldos somos K.

¡Hasta si tenemos calor y prendemos el aire somos K!

Si estuvimos bien en 2015 somos K.
Si fuimos más felices hace un año y medio que hoy, pues es que somos K.
Si tuvimos más plata, eramos K.
Si teníamos trabajo, eramos K.
Si nos fuimos de viaje, fue por K.

Y así hasta el colmo que descansa debajo de sombreros de Señoras con Sombrero.

¿Y sabés qué?
Sí, somos K.
Somos los buenos.
Somos los que nos preocupa la persona que tenemos al lado, el que está al lado de esa persona y 44.000.000 de personas más que están al lado.


Incluso todas esas personas, 
que se creen 
que la K es 
un insulto.

viernes, 3 de marzo de 2017

La felicidad es nuestra arma de construcción masiva




¿Qué hacés si te pasa que tu máxima adversaria política es una persona que suma a su base tres puntos (lo que tiene en total Stolbizer), durante enero, sin hacer mucho más que algunas reuniones?
Pegás donde más duele.

¿Meterías presa a Cristina, sabiendo que la gente deja lo que está haciendo en todos los puntos del país y te arma marchas en cada esquina y más en Capital?
¿Estás dispuesto a pegarle a millones, meter presos a cientos de miles?
¿A cuántos te creés que podés matar por defender la inocencia y la alegría?




¿Qué hacés si no podés meter preso a un diputado?
¿Y qué hacés si no lo podés meter preso porque simplemente, no es culpable?
¿Y si encima te acordás que tiene fueros?
Vaya problema.

¿Cómo hacés para pegarle donde más duele a la persona que sabés que te gana una elección de punta a punta y por muchísimos puntos?
Te metés con su hija.
La más chica.
La que es mujer.
La que hace cine.
La que lucha por las demás mujeres desde sus espacios.
La piba.
La madre de una beba.

La hija de Néstor.
La hija de tu adversaria.





Porque buscás un acto de locura, un error, una desesperación, algo que muestre lo que no puede aparecer en la realidad porque no es cierto.
Algo que rompa toda lógica: porque con todos los medios en contra, con toda la policía en contra, con todos los periodistitas en contra, con toda la justicia adornadísima y apretada como nunca en la historia, con toda la policía en contra de esa persona, no podés encontrar nada.
Y nada es nada.
Esperás que una ley quiebre a personas que no dicen nada, porque no tienen nada que decir.
Y te desespera, gobierno polenta, te recontra desespera.
Porque no sabés lo que es el amor.
No tenés la más pálida idea de qué se siente cuando alguien te quiere.
Y menos cuando decenas de millones te aman, te agradecen y otros tantos y tantas se dieron cuenta que fueron injustos con esa persona, tu adversaria, que crece y crece y crece y se hace enorme como el tiempo perdido.

Y hacés lo que te sale como te sale (o como te indican):
Un gesto rastrero.
Una patada de atrás.
Una trampa disfrazada de cosa legal.

Y como sabés que la felicidad es nuestra arma de construcción masiva, tratás de ponernos tristes.
De quebrarnos.
De hacernos enojar.
De hacernos tontos.
De que no veamos lo que estamos sufriendo: no importa a quién hayamos votado, estamos peor que antes de diciembre de 2015.
Porque se agotó tu discurso mentiroso de la herencia.
Porque se agotó la mentira del país que recibiste "quebrado", porque lo quebraste vos.
Porque pedís guita a lo loco y la gente no la ve pasar ni de lejos.
Porque la plata no alcanza.
Porque en todo el mundo te señalan y no para decirte que sos buen muchacho.
Y porque la gente, simplemente, no te quiere.
Ojo, hay un grupo importante de gente que te va a soportar, que incluso te puede llegar a decir que "no aflojes" y en ese "no alfojes" es que te piden que no aflojes en la única "lucha"  que podés sostener con cierto éxito: tu combate obsesivo por tratar de meter preso o presa a alguien cuyo apellido empiece con K. En eso no aflojás. Nunca. Porque fuiste pillo al contratar a un extranjero que te escribió todo lo que tenés que hacer, decir y pensar. Y entonces le dijiste a un montón de gente cómo tiene que hacer, decir y pensar.
Pero jamás, nunca, nadie, pudo enseñarle a la gente a sentir: eso te sucede, eso es algo que te pasa, eso no se inventa, no se crea, no se compra, nace en el pie, estalla en el pecho, y se queda para siempre en la memoria.




Tu saqueo, Mister Polenta, va a durar cuatro años, por eso no te preocupes.
Pero tampoco dudes un instante en que la libertad es nuestra.
La libertad es nuestro deseo.
La libertad es nuestro pacto de amor eterno con lo que queremos para ser felices.
La libertad de decir lo que queramos, de caminar donde queramos, de votar a quien queramos, de manifestarnos en paz y con una sonrisa que te aterra y atormenta, en cada calle, en cada esquina, ahora y siempre porque nuestra memoria, nuestra pasión, y la de millones y millones son parte de nuestra historia, una historia en la que vos vas a quedar como un oscuro presidente democrático muy pequeño.

Y lo que menos quiere, es que pisemos sin el suelo.
Que volemos.
Que seamos una masa despierta hermosa y sonriente.
Feliz.

¿Qué vamos a hacer para homenajear a Cristina, para decirle gracias, y a sabiendas de que ella nos pidió que no hace falta que la vayamos a bancar el martes 7?
Vamos a ir el lunes 6 a Comodoro Py.
A bancar a Florencia.
Y a bancar a Máximo.

A bancar y a darles nuestro apoyo, en paz y felices, a los hijos de Néstor y Cristina.

El lunes 6 desde las 8 de la mañana declaran ella y declara él.
Y terminamos nuestra hermosa fiesta de la libertad, celebrando la misma, acompañando desde las 10 a las docentes y docentes porque por más que el oscuro polenta diga que no hace falta defender a Baradel, tenemos que defender a los maestros porque así defendemos a los y las que van a hacer un país mucho mejor que el nuestro, con muchas más Cristinas y muchos más Néstor.
FELICES.
TODOS Y TODAS.


El martes a la plaza.
El miércoles paran las mujeres.
Y nos vamos preparando para el 24 de marzo que tenemos que hacer historia.

Pero atención, que la historia no se hace sola, que la historia no es una casualidad.

La historia te pide a gritos.
La historia te reclama ahora que pagues toda tu felicidad.

No hay más tiempo.
Y no hace falta que nadie te diga ni lo que tenés que hacer, ni lo que no tenés que hacer.

¿Vas a dejar que los y las demás vivan tu vida?
La vuelta empezó el 10 de diciembre de 2015.
¿Qué te pide el pecho?
Bancar a Cristina es bancar a sus hijos.
Bancar a Cristina es bancar a los tuyos.