viernes, 12 de diciembre de 2014

13D





Mañana sábado, en Plaza de Mayo, tenemos la última Plaza de Mayo por el día de la democracia de Cristina Fernandez de Kirchner como Presidenta de la Nación Argentina.
Esa, la presidenta de todos, y todas.
Esa, la Presidenta, con A.
La cabezadura, la que se pelea con todos, la que se enoja.
La que le dice "sofuor" al "Software" y se acomoda el pelo del costado con una mano.
Esa, la que cada vez que habla todos estamos escuchando lo que dice, porque por más que te lo hayan querido hacer creer, jamás repitió lo mismo, y siempre trató de que vos si hiciste las cosas bien, te pongas contento, y si hiciste las cosas mal, sientas terror.
¿Le molesta la Presidenta a mucha gente?
Claro que sí.
Pero no le molesta la Presidenta: en realidad, salvo por el detalle de ser peronista, es una mujer de clase alta, elegante, bonita, cultivada, que por su trabajo conoce cada rincón del planeta y que se codea con los poderosos.
Le molesta que esta mujer, peronista, de clase alta, tan linda, sea la que se mezcla con el pueblo en un susurro de corazón. 
Les molesta (y les duele), que sea la Presidenta que se preocupó por los que menos tienen y que nunca tuvieron nada: no tenían salud ni vacunas, no tenían que ir a la escuela ni tenían una compu, no tenían para darles un vaso de leche y tenían las tetas vacías de leche real. Todas cosas que ahora, tienen y que no me extrañaría que el año que viene las tengan por ley. Ajá.

Mañana sábado, sale la Jefa en un diciembre como tantos otros diciembres hicimos, por última vez.
Por todas las plazas que hicimos.
Por todas las plazas que hacemos.
Por todas las plazas que haremos.

Esta vez y te lo digo como recontra Peronista, esta vez es por Néstor y por Cristina.
Porque el kirchnerismo es para SIEMPRE, siempre y cuando, todos nosotros nos encarguemos de que así sea: en las calles, en los barrios, en el mundo real.

Esto no termina. 
Vamos a vivir, vamos a vencer, y cuando nos llegue la hora, tenemos que mirar al pasado, al presente, y al futuro, con el mismo respeto que lo hacemos ahora: somos testigos privilegiados de la historia de amor más grande que esta patria haya dado, y nos toca dar el paso al frente final y darnos cuenta que el kirchnerismo, somos nosotros y nosotras.
Cada uno de nuestros hermanos y hermanas, de nuestros compañeros y compañeras, cada uno de nuestros hijos e hijas, de nuestros nietos y nietas, nuestras abuelas y abuelos, nuestros vecinos, nuestros padres y nuestras madres.
Somos cada uno de los que se fueron algún día al silencio.
Somos cada una de esas mujeres de fuego.

Somos los que resistimos los rumores que maliciosamente brotaron desde las cloacas mediáticas de los odiadores, que decían que la Jefa estaba mal, que no respondía, que estaba enferma, que renunciaba, que iba a caminar para atrás, que decía que Cristina no llegaba y que nos iba a dejar tirados.
Que salga Cristina, carajo.
Que venga otra vez.

¡Viva el pueblo!


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