miércoles, 23 de julio de 2014

AYUDA

Voy a usar una comparación odiosa.
Voy a hacer lo que no quiero hacer.
Voy a decir lo que no quiero decir.
Y voy a aprovecharme de tu velocidad para condenar conflictos en otro continente: que yo también condeno, que casi todo el mundo condena.

Y te voy a decir esto: estos chicos no reciben bombas que les caen en la cabeza.
Estos chicos no están siendo atacados por terroristas.
Estos chicos no son escudos humanos.
Estos chicos no saben de religión.

PERO: estos chicos son tan chicos como los muertos de Palestina, como los muertos de Afganistán, como los muertos de Irak, como los muertos de Ucrania, como los muertos de Israel, como los muertos de Argentina.
PERO: están vivos.

¿Vos, qué hacés por los chicos y chicas de tu cuadra, de tu barrio, de tu distrito, de tu país?
Entiendo que sea muchísimo más fácil publicar, analizar, postear y enojarse con algo que te queda lejos.
Pero acá te pido que hagas algo.
No necesariamente con Vatayón o en el Barrio Juan Domingo Perón aunque yo prefiera que sí: lo podés hacer en cualquier lugar del país: el hambre crece y la guerra de la panza es tremenda.
El terrorismo del corazón roto, de la enfermedad en el agua, de la calle inundada y de toda esa falta de dignidad en cada uno de estos barrios, es culpa nuestra.

¿Qué vas a hacer?
¿Vas a compartir esto?
¿Vas a condenar la falta de apoyo de las agrupaciones, estado municipal, estado provincial y estado nacional en lugares que quedan a 20 minutos de tu casa, una distancia mucho menor que la que alcanza un misil?

Tenemos que rogar para que nos den mercadería para los merenderos y aún así, no nos dan.
Tenemos que rogar para que nos mande alguien un artista, un payaso, un cantor y aún así, no nos dan.
Tenemos que rogar que nos presten atención cuando todo se inunda (y siempre está inundado) y prácticamente nunca nos prestan atención.
Tenemos que rogar para que alguien nos atienda, y no nos atienden.
Tenemos que rogar para que los chicos y las chicas de ese barrio tengan un poco de dignidad.
Tenemos que rogar y seguiremos rogando, hasta que nos enojemos.
Tenemos que rogar para que los Ministerios den por sentado que estos chicos y chicas, existen.

Y nadie quiere enojarse: yo, mucho menos.

De Gaza, estás lejos.
Esto, lo tenés adelante de tu preciosa cara.
Y te está esperando.

¿Qué vas a hacer?
¿Vas a seguir diciendo que la patria es el otro, para no darte cuenta que la patria sos vos también?



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