lunes, 10 de diciembre de 2012

¿Cómo te voy a olvidar?



¿Qué vamos a decir de la jornada de ayer?
¿Que fuimos muchos?
¿Que fue democrática y plural?
¿Que éramos más que nunca?
¿Que la plaza es de Perón?
¿Que no hubo problemas ni agresiones?
¿Que no hubo consignas de anti?
¿Que el amor vence al odio?

Bueno, sí.
Un poco de todo eso.
Y un poco más.
Suelo decir que opino lo que quiero porque es mi blog, pero también te quiero contar que siento lo que siento porque es mi país.
Entonces este posteo seguramente sera una cosa desordenada, enquilombada, pero puta madre, quiero decirlo así.

Yo estuve ahí.
Yo estoy acá hace un tiempo, y vos estás también ahí desde hace mucho más tiempo, o menos, pero de un lado claro en la vida, un lugar, un espacio, que abarca, que se cierra, que te nutre.
El kirchnerismo puede cerrarse para varias cosas, y esas cosas pueden ser para defenderse, o para cerrarse alrededor tuyo y darte un abrazo gigante.
El kirchnerismo es así: memorioso, táctico, y pensante.
Suele suceder que leemos a mucho goma dando vuelta, que insiste con aquello de que no hay plan, de que no hay estrategia, que no hay, bueh, que no hay ni democracia, dicen los tipitos y las tipitas que nada tienen que ver con la gente buena.
Los invitaría a leer "Después del derrumbe" de Néstor Kirchner y Torcuato Di Tella.
Los invito también a ustedes. Ahí van a ver que nosotros, el kirchnerismo, estamos siguiendo un plan claro, prístino y saludable para conformar una patria histórica que sí, lo lamento queridos opositores, pero recién está comenzando.
Esto es para veinte años, mínimo.

Porque, atenti, nosotros somos la gente buena.
El kirchnerismo es la gente buena, es donde estamos los mejores, los más lindos, los buenos.
Esto, es irrefutable.
Podés decirme que esto es un acto de ego gigante, de ceguera, que me dan un plan, que aquello y que lo otro, pero caramba: a todos los que se quejan por varias cuestiones, nunca los vi (nunca los vamos a ver porque nunca los vimos), protestando por algo que no sea por ellos mismos.
Protestan.
Se enojan.
Se cruzan de brazos.
Hacen paro.
Huelga.
Se quedan quietos.
No son el pragma, la movilidad, la velocidad y los reflejos.
Ellos se quedan quietos, te insultan, te odian, nos odian, nos quieren afuera, nos quieren presos, muertos, desaparecidos.
Ellos son los que no proponen más que generalidades bajo la bandera negra de la muerte, la exclusión y la desigualdad.
A ellos, les jode ver a los negritos y las negritas, nenitos y nenitas más lindos que la vida, bañándose en la fuente.
A ellos, les jode ver a las madres aplaudir fuerte cuando en un acto se nombra a la asignación universal por hijo.
A ellos este proyecto, les duele.
Porque el peronismo, está en el kirchnerismo.




Es una pena, debería sanarlos, y no dolerles.
Pero a ellos les duele tener que dar. Ellos no dan, quieren que les den, siempre a ellos, todo a ellos.
La quieren toda, ¿Sabés? TODA.
No te quieren dar una.
No te quieren dar justicia a vos, la quieren toda para ellos.
No te quieren dar comida a vos, la quieren toda para ellas.
No te quieren dar plata, la quieren gastar ellos y ellas.
Y te corren. Te quieren acorralar con palabras pavas: te dirán, vas a ver, que la fiesta del 9D las pagamos todos. Y la verdad es que las cosas que hacen estos tipos, los malos, los que piden todo, ellos y los otros, es siempre robar, y siempre quedársela toda, y cuando eso pasa, sabés quién paga. Lo sabés muy bien.
Lo pagamos todos.
Estos tipos pueden enojarse y decirte que la fiesta de Plaza de Mayo sale plata, pero jamás te van a asumir cuánto puede salir, en términos de guita, esos términos que ellos adoran, que se salgan con la suya.
Que puedan dejar de pagar impuestos.
Que puedan sacar toda la guita del país para mandarla "afuera".
Que puedan negarse a cumplir la ley.
Porque, atención, más acá de las cuestiones de recursos y truquitos legales, la ley es la ley.

Pongamos un ejemplo:
Entro a un bar, me prendo un cigarrillo.
Viene el mozo, me dice que no se puede fumar.
Le pregunto por qué.
El mozo me dice que está prohibido.
Le doy una calada al pucho y le pregunto qué número de ley es.
El mozo, más nervioso, me dice que no lo recuerda, pero que no lo comprometa.
Sonrío, niego, le doy otra calada al pucho, le pregunto si me va a echar a trompadas.
El mozo me dice que no, mide menos que yo, está más nervioso, pero me dice que no se puede fumar que por favor apague el cigarrillo o me retire.
Niego, atiendo el celular. Hablo un minuto. Llego a darle dos caladas.
El mozo me pide que me vaya.
Entra al bar un hombre, lo llamo con un gesto, lo presento como mi abogado.
El mozo nervioso, habla con el abogado, quien le tira mil números de leyes, amparos, cautelares.
El mozo no sabe qué hacer. Le doy otra calada al cigarrillo.
El abogado me hace preguntas técnicas que no sé contestar, la mayoría.
El abogado invoca a la ley y le habla al mozo de la libertad, y le dice que no siga molestando porque va a terminar yendo él, en cana.
Yo sonrío por lo bajo, mando un mensaje de texto, fumo otra calada a mi cigarrillo que ya ni tiene gusto a nada pero lo sigo fumando.
El mozo está a punto de quebrarse en llanto.
El abogado también se prende un cigarrillo. Le pregunta al mozo por el encargado.
El encargado no está, comenta el mozo, que no sabe qué hacer.
Yo termino mi cigarrillo.
Lo tiro al suelo y lo aplasto.
El abogado le tira el humo en la cara al mozo y le dice que más vale no se vuelva a repetir.
Yo y el abogado nos vamos.
El mozo queda sólo y desnudo, ahí, simplemente por haber buscado hacer cumplir la ley.
Todas las interpretaciones que dimos, tanto yo como el mozo, eran legales, eran tiempo, y sin embargo, me terminé de fumar el pucho, cosa que era ilegal.

Sin embargo nadie nunca hará una marcha, un acto, una pelea legal, moral, 2.0 o real, por ese mozo.
Todos la harán por la libertad de ese hombre que caramba, ya se fumó el cigarrillo.
Eso, no era la libertad.

Porque así, en muchos casos, se maneja la gente (no, el pueblo sabe, la gente).
Se mira su ombligo, te saca ventaja, y trata de embocarte.

Nosotros no.
Nostros somos buenos.
Nosotros somos la belleza.
Nosotros laburamos por un país mejor, aunque estemos acomodados, o aunque no tengamos laburo, aunque tengamos plata, y por si no la tenemos, si estamos bien, para que todos esten bien y si estamos mal, para que todos dejemos de estar mal.
Esto, mis amigos y amigas, no deja de ser otra cosa más que el peronismo.
Y el kirchnerismo, además, tiene la cuestión de la primera persona.
El kirchnerismo es accesible.

Por eso, tiempo gracias, y ¿Cómo te voy a olvidar?
Me diste lo mejor de la vida.

Porque el kirchnerismo abre los brazos para que entres y cuando estás adentro, los cierra alrededor tuyo, te protege, te cuida y te abraza con los ojos bien cerrados, sin mirarte a los ojos, bailando al ritmo del latido de un corazón que bombea a lo loco, con fuerza, ese ritmo que te puede dar la vida y nada más que la vida.
El corazón de un toro.
El corazón de un pingüino.
El mismo corazón que los periodistas dicen que un 27 de Octubre dejó de funcionar.
Mentirosos.

1 comentarios:

claudio dijo...

Muy bueno.Gracias compañero!!

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