miércoles, 16 de noviembre de 2011

ENCUENTRO EN EL PENAL DE MARCOS PAZ (del Vatayón Militante)






















Cuando arreglamos una serie de actividades con Victor Hortel, director del Servicio Penitenciario Federal, para realizar en diferentes penales, no pensabamos que nos ibamos a encontrar con una persona con este nivel de pragmatismo.

Porque nos juntamos un jueves, y al martes ya estabamos subiendo a una camioneta, rumbo a Marcos Paz.


Y ahí fuimos.

Un viaje largo, divertido, profundo en su sensibilidad y lleno de incertidumbre porque en efecto, estabamos yendo y para muchos de los 11 miembros del Vatayón Militante que fuimos, era la primera vez que nos acercabamos a una cárcel.

Para otros no, pero esa, es también nuestra, y a su vez es otra historia.


Caminos de tierra, rutas y finalmente llegamos.



Bajamos llenos de ideas, llenos de una dulce tensión y sin saber exactamente cómo se iban a desarrollar las cosas.

Entonces nos presentaron a las autoridades del lugar y nos invitaron a un salón de actos bastante grande.

Ahí había un escenario y un cartel en el que leíamos "CONCURSO DE TALENTOS".

Era la final de un trabajo sostenido de un tiempo a esta parte: músicos, bailarines, cantantes, todos internos, que llegaban a la instancia final para representar al penal frente a otros penales.


Nos sientan adelante de todos y Victor Hortel, el director, invita a uno de nosotros a ser el jurado, siendo el jurado de sólo tres personas: Juan Acosta, el artista, Laura Lo Presti, la Jefa de Gabinete del Servicio Penitenciario, y un miembro del Vatayón.

Hortel nos invitó a poner nuestra bandera sobre el escenario y así lo hicimos.


Entonces, un interno los presentaba desde el micrófono y cada artista demostraba su talento: un cantante de folklore, un cantante de cumbia, un trío romántico de baladas, un bailarín, un cantante de tango que empezó con su guitarra (guitarra construída entera en el penal por los participantes del taller de instrumentos) y terminó erizándonos la piel a capella, un paraguayo que cantó una ranchera hermosa y sentida, un bailarín de ritmos latinos con una gracia superlativa, un humorista, un dúo de señores mayores cantando una canción propia a dos voces y una guitarra, un cantante al que le faltó su parteneire que sería "un dúo de rock", un cantante de tango que cantó A Mi Manera y aclaró que no era su género y un cantante totalmente desfachatado, de covers de rock, acompañado de un cajón peruano y una guitarra.


Y todos cantaron y ganó el rockero desfachatado, recorriendo el escenario a pura pasión, arengando a la gente, y todos cantando.

Luego fue el turno de que uno de nosotros suba a cantar: con terror y pánico, dijo que estaba profundamente nervioso por estar ahí por primera vez, ya que nunca en su vida había estado... en un concurso de talentos.


Entonces terminó esta instancia y nos llevaron a todos a una cancha de basket y en esa cancha se desplegó todo el potencial de la murga del penal, llamada "Los Estudiantes de Marcos Paz".

La vibración de esos parches, esos bombos, esos redoblantes y esos bailes, eran una perfecta y maravillosa carta de presentación adrenalínica: una descarga de hombres culpables de sus crimenes, juzgados y encerrados, expresándose a tope, rompiendo las paredes.


Entonces la murga avanzaba y atrás de todo, un tipo hosco, negro, de camisa blanca, tocaba el redoblante como uno más.

De aspecto temible. Y todos los que nos preguntabamos porqué estaba ahí, teníamos respuesta: estaba ahí porque es Peronista. Y ese peronismo es lo que hacía y hace que, como Director del Servicio Penitenciario Federal, Victor Hortel abra las puertas como lo hace y comparta las actividades con todos los internos. Desde atrás.


Los redoblantes seguían, nosotros como Vatayón observábamos y nos acercamos sin ataduras a bailar, a disfrutar, a repensar conceptos.

Entendemos que es verdad y aquí es donde se hace carne, aquello de que ningún pibe nace chorro.

Y que es verdad que han sido juzgados y que así como ningún pibe nace chorro, la sociedad y la historia tiene las culpas pertinentes que hacen que una persona llegue a delinquir.

Que la enorme responsabilidad social que tenemos todos que asumir, en la interacción con los internos se hace carne.


Y así, nos juntamos todos a bailar: guardias, internos, la murga, la murga del Club Comunicaciones, también invitada como nosotros, los abogados y todos, viviendo un momento. Encontrándonos en lo que nos hermana: la humanidad.


Así seguimos. Así cantamos.

Luego nos invitaron afuera, al patio en el que nos esperaban tres gazebos con comida y bebidas para todos: internos, guardias, autoridades, y el Vatayón.

Compartimos charlas, compartimos fotos, compartimos el Encuentro.


Y de allí, entramos con la murga, a todo volúmen, a pura música y parche, primero a la sala de visitas, luego a un pabellón, donde el resto de los internos aplaudían y festejaban, y luego a otro pabellón y luego a otro más.


Y luego empezamos a irnos.

Nos fuimos con la seguridad de volver, con el pedido expreso de que lo hagamos tanto de los internos como de las autoridades.

Nos fuimos con la certeza de que vamos a seguir trabajando, nosotros adentro de los penales, y los internos saliendo a nuestras actividades.

Nos quedamos con la promesa de armar talleres no sólo en ese, sino en todos los penales en los que sea posible.

Estamos armando todo lo que tiene que ver con murales, teatro, literatura, música, tango y otros menesteres.


Porque es la realidad efectiva que le debemos a Perón.

Porque es la responsabilidad social que los militantes debemos asumir.


Y porque será felicidad, o no será nada.


V!




5 comentarios:

Anónimo dijo...

no es batallón? con b larga?
que viene de batalla?

Juan Soriano dijo...

Claro, y sin Y.
La idea de porqué le pusimos Vatayón a nuestra agrupación, es porque sostenemos enfáticamente que la Batalla Cultural la seguimos dando.
Y en cada corrección que nos hacen, hay una distancia entre la victoria y la derrota que se acorta.
Así que, gracias!

También, tené en cuenta que la V es la V de la Victoria.

Anónimo dijo...

porque hortel maltrata tanto a los empleados del spf porque pierde el respeto a las personas que trabajamos ahi y que nos valemos de ese trabajo para que nuestras familias vivan bien porque tambien no se sientan con los agentes y escucha nuiestras problematicas que son muchas que no los empache tanto a esos presos de mierda que tanto daño hicieron a esta sociedad y lo seguiran haciendo prque el no los conoce como nosotros lo conocemo

Anónimo dijo...

otra cosa el que estaba presentando no era un interno era un agente

Anónimo dijo...

Me dirijo a Uds. para comentarles que estoy en total desacuerdo con las actividades realizadas en el penal, porqué no se dedican a ayudar a los niños indigentes? Estan buscando reclutas? El director, debería escuchar más a los que alli trabajan en situaciones deplorables y dejar que cumplan sus condenas los presos que tanto mal hacen a la sociedad.

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