miércoles, 9 de marzo de 2011

LA GUERRA



















En la guerra la gente se tira con todo.
Se disparan, se matan, sangran, gritan, lloran, piden por su mamá.
En la guerra, se buscan municiones nuevas, se carga, se dispara, hay estrategia, táctica e inteligencia.

Este país ha pasado por épocas de guerra, por épocas de asesinatos sistemáticos y por épocas de mucho pero mucho dolor.
El pasado fin de semana, tuve el enorme agrado de reecontrarme con el Carnaval: gente en la calle, tirándose con todo, disparándose, matándose, sangrando alegría, llorando porque se agotó la espuma y pidiendo por su mamá para que les compren más.
En el carnaval, se buscan municiones nuevas, se disparan y hay estrategia, táctica e inteligencia para esconderse y darsela en la cara y el culo a esa chica que viene ahí.

En los corsos, corsos que muchos habíamos disfrutado de pequeños, disfrazados de batmanes y supermanes, la calle gritaba de alegría.
La gente bailaba y sonreía.
Los putos, los putos amigos, los putos del palo, bailaban al lado nuestro haciendo pasos muy femeninos, moviéndo el culo, vestidos como hombres.
Y la gente aplaudía, sacaba fotos y disfrutaba el hecho máximo de que había uno, que no podía con su alegría y estallaba y estallaba.

Viene un viejo, mira al puto y me pregunta:
“Y este qué es?”
Le contesto: “Un amigo.”
El hombre, visiblemente contrariado me retruca: “Sí, pero qué es?”
Yo: “Un amigo.”
El hombre se aleja, esperaba que le diga que esa persona que estaba contenta ahí, era lisa y llanamente un PUTO.
Chupala, viejo.

Y entonces salen las bandas, sale más espuma, salen hamburguesas y la ciudad se ríe de nuevo.
Los balcones se abarrotan de gente que baila sola, que disfruta.

Después, al otro día, hoy, en el supermercado chino del barrio, el carnicero (empleado, ojo) dice “Cuatro días sin laburar! Pan y circo! Dejan felices a los negros y tapan LO OTRO.”
Me congelo, lo miro al carnicero y le pregunto “Qué otro?”, a lo que el tipo de pelo canoso reacciona mirándome, levantando los hombros sin saber qué carajo es eso de LO OTRO y cortando más y más carne.
Pienso entonces que hay una generación entera destinada a la queja, un chispazo de revuelta que implica que siempre pero siempre, tengan que estar enojados, molestos, queriendo que se vayan todos.
Una generación a la que se la han recontra re puesto.

Voy y pago una planchita de ravioles que fui a buscar ahí.


Qué país que nos ha sucedido.
Qué país que nos están haciendo.
Qué país que tendremos que sostener.

4 comentarios:

Dru dijo...

Y generaciones nuevas que llevan en la piel la alegría genuina de los buenos tiempos.

Escribidor dijo...

Explicar mil veces con paciencia y mas paciencia, que país estamos teniendo es nuestra tarea. Para que la queje deje lugar a la esperanza y la alegría. De a uno lo vamos haciendo, pero sabiendo que hay muchos que siempre tendrán ese alma rezongona

Un abrazo

sauria es una mutante! dijo...

eso, hay que militar con el carnicero y con el verdulero!! yo tb oí gente chillar de furia por un ¡¡feriado!! pero que lo vayan a trabajar, si quieren!!

mi amigo dice que en el "country" nadie trabaja, no se explica qué hace un tipo a las 10 de la mañana jugando al golf o las boludas haciendo footing y despues shopping y todos los ***ing. Los ricos tienen carnaval todos los dias a costa de los que explotan, qué mejor que devolver el carnaval al pueblo laburante!!!!

saludos, pibe

Daniela Godoy dijo...

Durante el fin de semana largo los/as quejosos/as de siempre despotricanban conrta "la yegua" mientras ocntaban la guita que dejó el turismo que arrasó con todos los cálculos. Pero alguien los para en seco y les dice : "cuidado, más respeto, es mi presidenta y tu presidenta, ojo... o de dónde sale eso que te metés en los bolsillos?"
Ese es este país en el que están viviendo, el de TN ya fue.

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