miércoles, 1 de diciembre de 2010

LA CONQUISTA DEL SOL.




















Calle o calle, te digo, ponete la pollerita, boluda, que te espera la esquina.
Calle o calle, ponete ese jean que te aprieta el culo a vos, chabón, te lo marca, las pibas te lo miran y vos marchas o morís.
Dale, que ese pedazo caliente de calle o calle te espera para que lo patées, sin nombrar a nadie o a Perón o a Néstor, ponele o a Cristina, porque esto vibra.
Y dale, te quedas ahí, mirando a Mirtha de la verga, al otro gordo forro pajero y pelotudo eructar fuera de cámara porque le cayó mal y lo que la cayó mal no es esa comida, sino ser tan pajero, tan salame, tan poco visionario.

Dale, ponete la colita alta, la trompa potente, las uñas fluo y rocanrol.
Dale, pez, pez sin agua, pez de barro, caminá el condado que te esperan mil señoras para que les digas que otra vez, no va a pasar la tragedia pava.

Dale, que hubo gente que murió, que sigue muriendo, que va a seguir muriendo y vos vas a estar ahí, repicando un redoble sin redoblante, con el pecho hinchado de un todo y un silencio que te vuelve a recordar lo que era el ruido.

Dale, la puta que te parió, que queda poco tiempo y afuera una botella, se rompe, tres coches chocan, diez polis mueren y la tele te bastardea mientras construímos desde abajo como soldados de él, ponele, de Perón, ponele, de Néstor, ponele, de Cristina, y ahí sí, ponele todas las fichas.

Dale, abrí la boca, que el vecino te espera, la nafta te carga un Súper al toque y decís ROCK, porque las ruedas de ese auto empezaron a garchar contra el asfalto de la calle, que ardía tan bien.

Dale, ponete el topcito, te queda lindo, esa panza se olvida, lo tuyo es el beso con ojos cerrados, con vino chorreando por el pulmón y todas esas cosas que uno espera de un silencio y un cigarrillo boludo, manso, complejo y cómplice.

Dale, que te mojás el pelo y das bien, que agarrás el palo y tu bandera flamea cuando mirás a los ojos a un desconocido.

Dale, que es ahora, y si te creés que falta tiempo, te confundiste.

Dale, que la historia te espera, papá, mamá, hermano, hermana, satán, e hijo del último trago tibio de esa birra prestada.

DALE.

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